jueves, 12 de marzo de 2009

Los Aliados


La familia extensa y los amigos. El nacimiento del bebé con Síndrome de Down, probablemente los ha dejado desconcertados. A veces los papás tienden a encerrarse y dejar de ver a sus amigos y a su familia. Este es uno de los errores a evitar. Los amigos y la familia son los recursos más seguros con los que podrán contar en los momentos más difíciles y también en los de mayor felicidad.

Apóyense en ellos para escaparse un momento de la rutina (solos o en pareja) y acudan a ellos cuando necesiten un oído y un hombro.

El pediatra. Algunos bebés con Síndrome de Down pueden nacer con algunas malformaciones (cardiacas, digestivas, urinarias, oculares); sensibilidad acentuada a las infecciones; problemas auditivos o visuales, o insuficiencia en la función tiroidea.

No en todos los casos es así, de hecho hay bebés con Síndrome de Down que nacen completamente sanos. Sin embargo, es de suma importancia consultar a su pediatra regularmente y asistir a las revisiones de rutina para detectar, a tiempo, cualquier problema.

El terapeuta. Un tono muscular bajo (hipotonía) y un comportamiento poco activo son frecuentes en los bebés con Síndrome de Down. Su hijo requiere un programa que estimule sus áreas motoras. El terapeuta puede, también, contestar todas sus dudas acerca del desarrollo de su hijo y lo que pueden hacer para favorecerlo.

Grupos de padres. Compartir experiencias con otros padres que enfrentan el mismo reto, puede ser un gran apoyo.

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