jueves, 12 de marzo de 2009

De límites y disciplina

Los límites dan seguridad y confianza a los niños; los hacen concientes que el otro existe y merece respeto pero, también, que él existe y debe ser respetado. El respeto a las necesidades propias y a las de los otros sienta las bases para la convivencia social. Cualquier padre de familia que enseñe a su hijo a no gritar, no empujar, no pegar y respetar su turno le estará dando herramientas básicas para su socialización.

Hay que ayudar a nuestro hijo a desarrollar su propio autocontrol para que pueda ser independiente y responsable. Los primeros pasos son: el respeto a los horarios para comer, bañarse y dormir.
La convivencia en familia es esencial para que los niños con Síndrome de Down aprendan cómo comportarse en sociedad. Procuren que su hijo aprenda, desde chiquito, a saludar, despedirse, a dar las gracias y pedir las cosas por favor... Esto le ayudará mucho en su relación diaria con los demás.

Hábitos que para todos los niños son importantes como: el baño diario, lavarse las manos antes y después de comer e ir al baño, así como llevar la ropa limpia son básicos para los niños con Síndrome de Down.

La convivencia en familia sienta las bases para la interacción con otras familias, sobre todo a la hora de la comida. Los niños Down no tienen por qué ser distintos a otros niños y son perfectamente capaces de aprender y utilizar buenos modales en la mesa. Comer solo y sin ensuciarse, comer lo mismo que los demás, servirse solo o saber decir cuánto es capaz de comer para no dejar nada en su plato; comer con la boca cerrada, sentadito, sin pararse a cada rato... todas son habilidades imprescindibles que facilitarán su integración con los demás.

1 comentario:

  1. cabros de mierda se hacen los wones y en realidad saben todo hijos de sus putas madres que los parieron

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