El proceso de integración de la persona con Síndrome de Down en la sociedad comporta el convencimiento por parte de ésta, de que su minusvalía no implica incapacidad. Dentro de este proceso de integración, las actividades físicas y deportivas constituyen una forma de interrelación. La actividad deportiva se incluye en los planes de rehabilitación, de tal forma que la representación de los gestos terapéuticos se hace más agradable y apetecible, vivida desde una dimensión de ocio.Los beneficios que se aportan con la práctica del ejercicio físico deportivo son las siguientes:
-Cardiovasculares:
Disminuye el riesgo de cardiopatía isquémica. Puede disminuir la presión arterial. Mejora la adaptación y eficacia cardiovascular. Aumenta el gasto cardiaco, disminuye la frecuencia cardiaca y las resistencias periféricas totales. Puede disminuir la mortalidad tras un infarto de miocardio en torno al 20%.
- Hematológicos:
Mejora la actividad fibrinolítica, reduciendo el riesgo de enfermedad tromboembólica.
- Metabólicas:
Reduce los niveles plasmáticos del colesterol "malo", así como de los triglicéridos. Aumenta el nivel sérico de colesterol "bueno". Mejora la tolerancia a la glucosa. Puede prevenir y reducir la obesidad mejorando el equilibrio calórico.
- Otros:
Mejora el estado de ánimo, los procesos mentales, la tolerancia al estrés y favorece la interrelación social. Facilita la adquisición de hábitos positivos de vida y abandono de los hábitos negativos. Mejora la función pulmonar. Aumenta el contenido mineral óseo. Mejora el tono muscular y la coordinación motora.
Asimismo deberán tenerse presentes las siguientes pautas:
1. Conocer la aptitud individual. El control médico de aptitud ha de ser tanto más exhaustivo y específico cuanto más se exija del organismo.
2. Escoger el deporte adecuado. Después de un período de acondicionamiento general y a la edad oportuna, se elegirá el deporte que más se adapte a las condiciones físicas y psíquicas individuales.
3. Conocer el deporte que se practica. Conocer y aprender en su medida la técnica y el reglamento del deporte a practicar. Con ello se evitarán lesiones.
4. Utilizar material apropiado. Realizar ejercicio físico con el equipo adecuado, el entorno idóneo, las protecciones pertinentes, en el terreno más conveniente y en condiciones ambientales correctas.
5. Conservar la forma. Realizar la preparación adecuada que establezca el equipo técnico responsable del programa. Será preciso adecuarlo a la edad y posibilidades físicas y psíquicas. No deberá superar jamás la capacidad máxima de esfuerzo, especialmente en edades avanzadas y de crecimiento.
6. Conocer las limitaciones. En todo momento habrá que conocer las limitaciones físicas y psíquicas que varían por circunstancias intrínsecas y ambientales de todo tipo y que será necesario identificar a tiempo. El ejercicio físico se hará con la intensidad y frecuencia adecuadas.
7. Preparar el ejercicio físico. Se recomienda la realización de un calentamiento y estiramiento suave y progresivo previo a la realización de la sesión de ejercicio. Igualmente habrá que planear el "enfriamiento" postejercicio.
8. Recuperarse de las lesiones. Ante cualquier lesión habrá que recuperarse totalmente antes de volver a la actividad.
9. Mantener la higiene de vida. Someterse a controles periódicos. Adquirir y mantener otros hábitos saludables de la vida.